La evaluación auditiva es un conjunto de exámenes diseñados para determinar el estado auditivo de una persona y obtener un diagnóstico clínico preciso. El proceso incluye observaciones, análisis y exámenes que nos permiten obtener una comprensión real y adecuada de estado auditivo del paciente. Los exámenes que realizamos son los siguientes:
1. Otoscopia: Nos permite observar el estado físico y anatómico del oído externo, evidenciando la normalidad o alteraciones en las estructuras del pabellón auricular, conducto auditivo externo y membrana timpánica.
2. Audiometría: Este examen nos ayuda a evaluar el estado auditivo de la persona, representando los resultados en un diagnóstico cualitativo y cuantitativo. Se realiza a través de dos vías:
2.1 Vía aérea: Evalúa cómo el sonido pasa por el oído externo, vibra en el oído medio y se percibe en el oído interno. Se utilizan frecuencias graves, medias y agudas en diferentes intensidades para determinar el umbral mínimo de audición de la persona. El resultado es una curva que indica el grado de audición que puede ser normal, leve, moderado, severo o profundo.
2.2 Vía ósea: Evalúa cómo se percibe el sonido transmitido por el hueso directamente hacia el oído interno.
3. Logoaudiometría: Este examen se realiza mediante la emisión de una lista de palabras amplificadas que el paciente debe repetir. El objetivo es determinar el nivel de comprensión del lenguaje hablado por medio de la audición.